Para Gianluigi Donnarumma, 2024 fue un año en el que se cuestionaron verdades aceptadas, y ciertamente no en el buen sentido. Tras irrumpir en el equipo del AC Milan cuando era adolescente y desempeñar un papel fundamental en el triunfo de Italia en la Eurocopa 2020, desde hace mucho tiempo se le considera un portero de élite y, desde la marcha de Keylor Navas, ha sido el número uno indiscutible del PSG. . El italiano ya no goza de la misma estima y su lugar entre los palos durante parisinos ya no está garantizado.

Las deficiencias de posesión de Donnarumma no son nada nuevo y han quedado expuestas repetidamente en el escenario europeo. Esto ha sucedido cada vez con mayor regularidad bajo Luis Enrique, quien insiste en que su portero participe en la preparación del juego desde atrás. Esto llevó al PSG a contratar a Matvei Safonov en verano por 20 millones de euros. A ese precio, no parecía que el ruso estuviera siendo comprado como una opción de respaldo y sus comentarios a su llegada reflejaron esa percepción.

“Luís Campos nunca dijo que yo era el número 2. No me veo como el número 2. No quiero ser suplente. Si me hacen el número 2, las cosas no serán fáciles para el número 1 (…) tal vez no tienen la intención de hacerme el número 1 de inmediato, pero creo que lo haré. ,” dijo.

Safonov – Navas 2.0

En última instancia, dado que Donnarumma sigue siendo el eslabón débil en este equipo del PSG, especialmente en la Liga de Campeones, Safonov no ha necesitado presionar demasiado para reclamar la camiseta número 1. El ruso ocupa un lugar cada vez más destacado, especialmente en Europa. La marea está cambiando y es un mero reflejo del cambio de estatus de Donnarumma, no sólo en el PSG. Una vez más se encuentra en una situación en la que no es el número uno absoluto a nivel de clubes y es un regreso a la época en la que se veía obligado a competir con Navas. Esa era una situación que a Donnarumma abiertamente no le gustaba, pero es su propia regresión la que ha creado una situación casi idéntica apenas dos años después.

2025 da la sensación de ser el año crucial en la carrera de Donnarumma. Es uno en el que debe, principalmente, cambiar las percepciones en el PSG y dar pasos significativos para mejorar los elementos más débiles de su juego. De no hacerlo, el futuro del italiano en el Parque de los Príncipes podría verse en entredicho y con él su reputación, forjada en su adolescencia. Por ahora, esa promesa se va a desperdiciar.

GFFN | Lucas Entwistle



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