La llegada de Willian Pacho al Paris Saint-Germain marcó un paso intrigante en el proyecto en curso del club bajo la dirección de Luis Enrique. El defensa ecuatoriano de 23 años, procedente del Eintracht Frankfurt, ha sido el centro de atención mientras el PSG busca renovar su estrategia de transferencias repleta de estrellas que fracasó continuamente en los últimos años.

Sus primeros meses en París han mostrado muchas más promesas que preocupaciones mientras navega por las altas expectativas de uno de los clubes más exigentes de Europa por primera vez en su carrera. Después de unirse al PSG este verano, el ecuatoriano se unió a su tercer club en tres temporadas después de pasar por el Royal Antwerp y el Eintracht Frankfurt. Un ascenso estelar a la cima bien merecido para uno de los centrales más fiables de la Bundesliga la temporada pasada.

En Alemania, su compostura y su coeficiente intelectual no pasaron desapercibidos. Sus actuaciones han mejorado continuamente desde que llegó al club capitalino. Su distribución desde atrás ha sido lo más destacado, a menudo iniciando ataques con pases precisos y hacia adelante. Físicamente robusto y seguro en los duelos uno contra uno, encaja en el molde de un central moderno que Luis Enrique valora en su sistema orientado a la posesión.

La concentración de Pacho, señalada como punto de progresión

Sin embargo, adaptarse al ritmo de la Ligue 1 y a la intensidad de la Liga de Campeones no ha sido una tarea exenta de desafíos. Si bien ya es un activo importante para el PSG, todavía hay margen de progreso, ya que el club está luchando por ser consistente esta temporada hasta el momento. Sus ocasionales fallos de concentración le han provocado errores y críticas; Algunos han cuestionado si estaba preparado para dar el paso a un club de la talla del PSG, señalando fallos defensivos en momentos clave.

Luis Enrique, sin embargo, ha respaldado públicamente al joven defensa, enfatizando su importancia a largo plazo para el equipo. Bajo la táctica del técnico español, Pacho ha dado señales de adaptarse a su rol. Su capacidad para hacer avanzar el balón coincide con el enfoque ofensivo del PSG, y su asociación con defensores establecidos como Marquinhos ha comenzado a mostrarse prometedora. Si bien todavía tiene que consolidar completamente su lugar como titular garantizado, la versatilidad y la ética de trabajo de Pacho sugieren que podría convertirse en un componente clave de la configuración defensiva del equipo.

Los primeros meses de Pacho en el PSG han sido heterogéneos, lo que refleja tanto su inexperiencia al más alto nivel como su innegable potencial. Con el tiempo, tendrá las herramientas para convertirse en una piedra angular de la visión de Luis Enrique. Por ahora, su viaje en el PSG sigue siendo un trabajo en progreso, un trabajo que promete valer la pena ver.

GFFN | Grégoire Devaux



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