El explosivo delantero georgiano fue una de las pocas figuras que escapó relativamente ileso de los escombros de la desaparición del Burdeos este verano. Zuriko Davitashvili, procedente del Dinamo Batumi en 2022, fue uno de los jugadores destacados durante los dos años desafortunados de Les Girondins en la segunda división de Francia, anotando 13 goles en 67 apariciones.
Aunque frustrantemente inconsistente, Davitashvili se destacó inmediatamente desde su llegada como un perfil distintivo y dinámico en el fútbol francés a través de sus atrevidos regateos. Si bien su capacidad goleadora es aparentemente estacional (siete de sus ocho goles la temporada pasada llegaron después del cambio de año), el alto ritmo de trabajo y el enfoque aventurero del extremo están fuera de toda duda.
Estilísticamente similar a Khvicha Kvaratskhelia, el nativo de Tbilisi se siente más cómodo en el ala izquierda, una posición que ha ocupado de manera más consistente este año calendario. Sin embargo, su versatilidad sigue siendo una de sus bazas destacadas, ya que ha jugado en la primera línea y en el mediocampo varias veces en su corta carrera hasta el momento.
Fue durante el resurgimiento finalmente inútil del Burdeos al final de la temporada cuando Davitashvili comenzó a llamar la atención más allá de las orillas del Garona. Con diez goles en los últimos nueve partidos de la campaña, el extremo logró alejar al seis veces campeón de la Ligue 1 de la batalla por el descenso, incluso si sus esfuerzos resultaran en vano.
Cuando más tarde el Burdeos implosionó financieramente y se desplomó en el fútbol amateur, no fue una sorpresa ver al georgiano aterrizar de pie. Tras una carrera histórica hasta los octavos de final de la Eurocopa 2024 con su país, el delantero se unió al Saint-Étienne, otro gigante caído del fútbol francés que, a diferencia del Burdeos, había logrado salir de la Ligue 2 y regresar a la Ligue 2. la máxima categoría.
Davitashvili es nombrado Jugador del Mes de Octubre
Un equipo que no encajaba bien ha hecho que la primera temporada de regreso a la Ligue 1 sea ardua para Les Verts, que parecen destinados a otra pelea por el descenso la próxima primavera. Los pocos momentos destacados de la campaña, sin embargo, los ha protagonizado principalmente un Davitashvili eléctrico.
Cobraría su ritmo en octubre, mes que abrió con un hat-trick ante el Auxerre y cerró con un doblete ante el Angers. El extremo recibió el premio al jugador del mes y sigue siendo el delantero más peligroso del Saint-Étienne este invierno. Por el momento, todo el potencial de Davitashvili se ve obstaculizado por su propia forma voluble y, en ocasiones, por su falta de altruismo.
Si bien es su compatriota de Nápoles quien ha estado acaparando los titulares en el escenario continental, no se debe pasar por alto a Davitashvili como un miembro destacado de una apasionante generación georgiana que apenas está comenzando.
GFFN | Rafael Jucobin